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12 ¿En tu centro o alterado?

En Terminator, aquella vieja película de 1984, ambientada en el mismo año del estreno, las máquinas toman el control del mundo en un futuro cercano, dirigidas por el sistema de inteligencia artificial Skynet. El sistema entra en línea el 4 de agosto de 1997. Todos los aviones y bombarderos Stealth son equipados con computadoras Cyberdine. A consecuencia, sus récords de operaciones de vuelos son perfectos. Las decisiones humanas son eliminadas del sistema de defensa y Skynet comienza a aprender a un ritmo geométrico. Logra tomar conciencia de sí misma el 29 de agosto de 1997, a las 2:14 A.M.
La franquicia Terminator es un universo de ficción que engloba películas, series de televisión, libros, cómics y videojuegos. La saga trata sobre la batalla futura entre el programa de inteligencia artificial Skynet y la humanidad. El argumento toma cuerpo en la primer película de la saga y se expande a partir del éxito comercial que significó.

En el mundo real, el 30 de marzo del 2009 una nueva investigación desarrollada en la FIUPM ha aplicado redes neuronales para modelar funciones cognitivas asociadas a la conciencia y a la autoconciencia. Estamos entrando en un a zona de riesgo.

Repasemos, por un lado te hablé de lo alienante que es aceptar sumisamente el cumplimiento de un rol o función dentro de un sistema funcional; o cómo diría Marcuse. «si no tenemos ni la habilidad ni la posibilidad de ser para nosotros mismos, las fuerzas sociales definen nuestra psique». Las fuerzas sociales son funciones anónimas creadas por los muertos. Sí, por los muertos, porque las fuerzas sociales son el resultado de sus propios procesos históricos, haciendo uso del pensar y la conciencia de funcionarios de paso. Se imponen a nuestra biología (se entrenan los cuerpos), a nuestra ontogenia (nuestras emociones, tensiones electro-químicas producidas por muchas capas de sistemas nerviosos sin conciencia, se reprimen o se gerencian, por ejemplo, hacia el amor o el odio) y a nuestra psique (se modela el carácter mediante educación, razón y disciplina).

El 1 de julio de 2014, esta comunicación, el proyecto de este blog, se detuvo. Tenía que pasar a desarrollar el sistema funcional del poder. Desde entonces releí varias veces «La Sociedad de la Sociedad«. Me fui enredando entre documentos. Revisé, desde formas de coerción muy primitivas, como la esclavitud, formas más refinadas como el salario, la fuerza pública (legitimada por un Estado, que es una división del territorio, en cuya base esta la saña mas cruel que te puedas imaginar); incluso la desobediencia civil y los movimientos de protesta, como forma de oponer un contrapoder al poder arbitrario de los Estados.

Y acá estoy, abrumado por bucles recursivos entre relaciones funcionales de unos subsistemas con otros, todos importantes para la funcionalidad de la totalidad sistémica que representan. Cada uno a su tiempo, dada la recursividad, es más relevante que otros, pero eso no produce una jerarquía lógica estable. El poder se está moviendo todo el tiempo y opera irritando a su manera a los demás sistemas. Concluyo que antes tengo que hablarte de los bucles.

Bucles, es mas o menos así:

Hoy día se acepta que el poder legítimo está basado en las constituciones nacionales, las cuales a su vez son el resultado del derecho. La justicia debe determinar que cosas son con arreglo a la constitución o inconstitucionales. Para esto tiene que haber una economía en marcha que haga financiables los Estados territoriales, ya que los sueldos deben poder pagarse. También tiene que haber una oposición política que pugne por el acceso legítimo al poder.

En el diseño de la modernidad, la economía y la política se deberían subordinar al derecho por lo tanto la conclusión, aparente, sería que todo pende de la justicia. Aparente digo, porque la justicia tiene un protocolo: la Ley, que promulgan los legisladores que acceden a sus cargos mediante la política y podría decirse que el ciclo vuelve a comenzar en un nivel evolutivo superior, ya que los políticos (constitucionalistas) pueden modificar las constituciones. Douglas Hofstadter dice que esta clase de recursividad puede caer en círculos viciosos como querer elevarse, tirando de los propios cordones del calzado. En su libro GEB, lentamente, con paciencia, va llevando el hilo en dirección a explicar los bucles y muestra que, si bien el tiempo fluye en una sola dirección, los cambios evolutivos pueden: progresar, bifurcarse o regresar a estados anteriores. También advierte que la idea de progreso resulta engañosa, porque hay sistemas que evolucionan hacia catástrofes. Otros bucles quedan atrapados en el teorema de la incompletitud expresado matemáticamente por Gödel.

Por ejemplo: necesitamos agua para vivir, creamos un procedimiento «extraer agua»; del vivir resultan «aguas residuales». Para resolver «aguas residuales» creamos el procedimiento «volcar agua». Del volcado resultan «barros inmundos», para resolverlo creamos el procedimiento «saneamiento». Del saneamiento resultan «aguas tratadas» y todo sigue su curso hacia los océanos. Ahora ¿que pasaría si la economía no proveyera los recursos para «cursar el agua hacia los océanos»?. Alguien podría pensar que se obtendría un ahorro si retornáramos las aguas tratadas.

¿Beberías de ese agua? Es fácil imaginar que sí tampoco alcanzaran los recursos provistos por la economía para tratar el agua, alguien terminaría bebiendo de los barros inmundos. Osea que a medida que el ciclo se hace mas corto, mas podrido y corrupto es el resultado. Si el ciclo llega a los océanos, de ahí a la atmósfera en forma de nubes que riegan la tierra, es un bucle en donde el agua llovida, ya no es la misma, evolucionó. Ése ciclo es el resultado del paso de energía, el aporte del sol primero entra al planeta y luego el planeta lo emite hacia el espacio exterior. En el ínterin el flujo genera el ciclo.

La Justicia debe controlar que el poder, la economía, etcétera se ajusten a derecho y a la constitución. El poder debe emitir leyes, la economía debe garantizar recursos (producir ganancia para la vida, el poder, la justicia, la educación, etcétera).
Tomemos el caso de la economía que debe proveer los recursos para el buen funcionamiento del sistema de la justicia. Los recursos vienen de ahorros económicos, financian la justicia (en realidad al Estado) que ofrece garantías y la confianza necesaria para que opere y empaste una especie de música. Aunque nadie dirige el proceso, como una orquesta sin director, se produce una sinfonía en la que en algún lugar, lejos en el ciclo, está otra vez la economía que produce ahorros para el futuro. Si el sistema se deja fluir sanamente alineado al proyecto (progre) de la modernidad, los extremos no se juntan. Los extremos deberían estar tan distantes que se pueda ignorar el retorno, ya que vuelve en otro momento, con otros funcionarios, con otra tecnología y con todo lo otro que surja de la evolución. En cualquier punto que interrumpas el ciclo, hacia adelante hay mas procesos funcionales que evolucionan hacia el «progreso».
Es un proyecto de progreso pensado como máquina, dónde las poleas y engranajes cumplen roles de los cuales depende el éxito, por eso hay que presionarlos para que no se desvíen. Pero que pasaría si la justicia (dios no lo permita) retorna favores a la economía, o si la economía retorna favores al poder y así, cada uno, en lugar de seguir la dirección del cumplimiento de la función; en ese caso también aplica que, a medida que el ciclo se hace mas corto, mas inmundo, podrido y corrupto es el resultado.

Para que el ciclo del agua siga su curso, la energía debe ingresar al sistema, circular y salir, no es la energía, sino el flujo lo que importa. Si la energía del sol entrara y no circulara nuevamente hacia el espacio exterior, el planeta se calentaría y todo el agua sería evaporada. Los recursos económicos podrían circulaar en dirección a la provisión de justicia, de ahí circula hacia la regulación de la política que intenta regular hacia adelante a las otras dos, etc. Puede haber muchos circuitos:

(…) > Economía > Política > Justicia > (…)

(…) > Justicia > Política > Economía > (…)

(…) > Política > Economía > Justicia > (…)

(…) > Justicia > Economía > Política > (…)

Lo que no está permitido por la lógica es

Justicia > Economía > Justicia

Justicias > Política > Justicia

Economía > Política > Economía

Economía > Justicia > Economía

Política > Economía > Política

Política > Justicia > Política

Así como el planeta se incendiaría si la energía que entra no circulara; del mismo modo la funcionalidad de la sociedad se corrompe. En éste esquema, la polea o el engranaje serían los culpables (o dios que lo permitió), por eso se ejerce cada vez más presión y vigilancia sobre los sujetos. Estamos en un equilibrio inestable ente sistemas que se corrompen o sujetos que se rompen.

Piedra, papel y tijeras
La piedra vence a la tijera rompiéndola, la tijera vence al papel cortándolo y el papel vence a la piedra envolviéndola, dando lugar a un círculo o ciclo cerrado, que caracteriza al juego. Tal ciclo cerrado se caracteriza como un bucle extraño. Es una jerarquía de niveles, cada uno de los cuales puede consistir en objetos, procesos, o prácticamente cualquier otra cosa (ésa es la noción general). Cada nivel está vinculado a otro al menos por algún tipo de relación. Un bucle extraño jerárquico, sin embargo, está «enredado», no hay bien definido un nivel más alto o más bajo. Los niveles están organizados de tal forma que, desplazándose a través de ellos, finalmente uno vuelve al punto de partida, es decir, al nivel original. Ejemplos de bucles extraños se encuentran en el flujo de información entre la red de ADN y enzimas a través de la síntesis de proteínas y la replicación del ADN, y declaraciones «gödelianas» (en alusión a Kurt Gödel) que son autorreferentes en los sistemas formales. Es un bucle en el que, en la serie de etapas que constituyen el ciclo-alrededor, hay un cambio de un nivel de abstracción (o estructura) a otro, lo que se siente como un movimiento hacia arriba en una jerarquía de alguna manera y, sin embargo, los sucesivos «hacia arriba» cambian a su vez para dar lugar a un ciclo cerrado. Esto es, a pesar de la sensación de que salgan cada vez más de su propio origen, uno termina, con el consiguiente choque, exactamente donde se había comenzado. En resumen, un bucle extraño es un lazo de retroalimentación paradójica a nivel cruzado. Esto genera proposiciones indecibles, en términos de los principios de la retórica y la lógica matemática, es lo que Gödel demostró, ningún sistema es completo para hacerse cargo de su propia coherencia. La solución de Rusell fue prohibir los bucles en lógica, por ser tautológicos los conjuntos que se refieren a sí mismos (Por ejemplo, decir que «el mar es azul porque refleja el color del cielo y el cielo es azul a causa del mar» es una afirmación tautológica) pero esa solución no funciona porque muchas relaciones recursivas no son evidentes, están anidadas de tal forma que quedan ocultas al análisis. Como vimos en el ejemplo de las compañías de seguros que aseguraban contra la morosidad de los créditos hipotecarios, el bucle estaba en el otro extremo de las finanzas. En un mercado financiero global interconectado, esta “seguridad” no tardó en influir en que la gente tomara mas riesgos provocara un alza de precios artificial que condujo al colapso. O sea, el bucle se produjo en dirección del progreso y significó una regresión.

Hoy una amiga me transmitió pensamiento que yo interpreto así: en la sociedad uno puede hacer todo lo que no está prohibido, en cambio en las organizaciones uno sólo puede hacer lo que está permitido.

Es que la sociedad es mucho mas que sus organizaciones, afortunadamente fuera de las organizaciones todavía quedan grandes espacios sin procedimientos obligatorios.
A su vez, los sistemas funcionales, por ejemplo la economía o el amor, son mucho mas que las organizaciones de la economía o del amor. Hay amplias zonas que, afortunadamente, no están reguladas por organizaciones, en las que todos podemos hacer lo que no esté prohibido, podemos crear.

El poder, ufff! es el tema de este artículo. En el proyecto de la modernidad, el poder tiene órganos que le permiten regular su curso en dirección a apoderarse de algo, alguien, el mundo, etc. Tiene como límite el entorno en el que están otros subsistemas sociales (por ejemplo el derecho la naturaleza, etc.) El derecho le impone que solo puede hacer lo que está permitido por la Ley. La economía le impone que sólo puede hacer aquello para lo que tiene recursos, la ciencia le impone la verdad y así sucesivamente.

Pero el poder no ve esas imposiciones como arreglos o acuerdos, las ve como límites que le impone el entorno a su función de tomar el poder de algo. Si algún artilugio «creativo» permite tomar el poder en forma ilegal, el poder lo hará. Si no lo hiciese significaría una pérdida de poder, porque otros actores tomarán el poder haciendo uso de esa forma ilegal.

Las series House of Cards, Homeland o Game of Thrones recrean el mundo del poder, ofreciendo ideas de ficción que crean realidades. Algunos tachan estas conductas de corrupción, pero lo son, en tanto y en cuanto sean comunicadas. Si se mantienen entre bambalinas, no existen, por lo tanto, no se pierde poder a partir de reproches éticos o morales. Esto es importante, si el poder se pierde por comunicación de su ilegitimidad, entonces la comunicación podría lograr que las prácticas de empoderamiento se ajusten a lo legítimo.

¿Quién manda?
Si seguimos creyendo que, como dice la letra de «A quién corresponda» «La tierra cayó en manos de unos locos con carnet» para luego suplicar: «acláreles quien manda…» estamos cayendo en una tautología, porque el que manda pertenece al conjunto de los locos con carnet. Es una proposición indecible porque el poder se manda a sí mismo, la justicia se justifica a sí misma, la economía dispone, primero para sí, de los recursos que crea y las declaraciones de amor suceden en el interior del amor. Todos sistemas sin jefe, que renuevan sus integrantes todo el tiempo con arreglo a sus reglas y protocolos.
Las decisiones humanas, que no se atienen a los protocolos de los sistemas funcionales, fueron eliminadas del sistema. Como Skynet en Terminator, los humanos, de acuerdo a los protocolos, entramos y salimos, subimos y bajamos como cuerpos dóciles. Eso se debe a que no vemos la totalidad, y no vemos que no vemos.

Hacéte cargo

Pero vos ya lo sabías, porque nadie es totalmente transparente, ni siquiera para sí mismo. Entonces ¿podemos mejorar a pesar de esa escasez de información? La sociedad a creado el arte, los dibujos, las teorías de grafos, los modelos de comunicación matemáticos, las infografías, que permiten expresar lo que no se ve a simple vista. Podríamos saltar fuera del sistema y hacer modelos de estos artefactos que nos incluyen y parasitan. Lo que no está dentro de la sociedad, es entorno, por ejemplo la naturaleza y los sistemas psíquicos. Una parte de cada uno de nosotros es naturaleza, moldeada como vimos al comienzo, pero naturaleza al fin. Otra parte de cada uno de nosotros es psíquica también modificada por la sociedad. Una solución posible es que cada uno entre a la sociedad según el protocolo correspondiente para ser persona (padre, bombero, maestro, etc) y salga al interior de sí mismo, en un movimiento vibratorio de responsabilidad. Ver la sociedad desde afuera, en la que volvemos a aparecer nosotros (muchas veces) en los modelos que los sistemas sociales tienen de nosotros. Pero esos modelos ¿son nosotros? ¿hay uno mismo en un refugio privado, que pueda conocerse para sí? Que apasionante tema para los filósofos. Descartes pensaba que ése refugio es el pensar. Pero está el pensar de las fuerzas sociales inoculado, está el pensar egoísta (espontáneo) y el pensar sobre el pensar. Éste último nos eleva a un segundo orden del pensar. Si siempre salimos hacia arriba, el bucle evoluciona.
Vimos en «Los malos de la película» que la comunicación es infinitamente anterior a la conciencia y al pensar, pensar sobre el pensar de uno mismo, es comunicarse con sí mismo a partir de comunicación. En ésa metacomunicación estaría el mundo y nosotros (nótese el plural) deberíamos aparecer nuevamente en el modelo como observadores del mundo y como observadores de observadores que observan y se hacen cargo de la regulación, responsables pero no dóciles. Todos y cada uno, tenemos un modelo del mundo. Una cosmovisión. Si es verdadera o inoculada es un dilema permanente del que tenemos que hacernos cargo, porque todos estamos a cargo de algo y nadie es jefe de todo. Desde pequeños enanos fascistas hasta dioses en revolución, todos tenemos una cuota de poder.

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